AGUENANDO A MANUELA

Las adolescentes son muy especiales siempre andan en grandes grupos, se cuentan todas sus cosas, cuchichean, van acompañadas al baño, se llaman para mear u olerse los pedos. Cuando pienso en las compañeras que tuve me acuerdo que siempre había una con algún drama, que sus papás, que el pololo, que las notas y dramatizaban tanto que pequeñas cosas las transformaban en grandes conflictos que sólo ellas podían conocer, todos tenían que notar que tenían un gran dilema entre manos pero nadie podía saber de qué se trataba. Es así como una fiesta las tenía una semana antes con los preparativos de la ropa, el pelo y el maquillaje y las mantenía un mes comentando lo que en la fiesta ocurrió.
Al borde del suicidio quedó más de alguna cuando una amiga se compró una blusa igual, un mes encerrada llorando quedó otra porque en una fiesta se le dió vuelta el copete, desmayo instantáneo sufrió aquella a quien le salió una espinilla justo el Viernes en la tarde y muerte prematura para esa que se enteró que su mejor amiga pinchó con el compañero que le gustaba.
Esta historieta habla un poco de eso, de la relación amor-odio entre chicas, esa amistad en la que se piensa "te quiero mucho amiga pero sólo si yo soy mejor que tú".
Eso.
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